Los tambores vuelven a estar de moda gracias a los coches eléctricos: el regreso del freno de tambor

La tendencia es clara: cada vez más fabricantes utilizan frenos de tambor en el eje trasero de los coches eléctricos. Hay buenas razones para ello. Como gran parte de la potencia de frenado al decelerar un coche eléctrico se genera por recuperación (recuperación de energía cinética durante el frenado), los frenos mecánicos traseros se utilizan con menos frecuencia. Por ello, el freno de tambor, con su diseño cerrado y su robusta tecnología, es la solución ideal.

Especialmente en vehículos pequeños y compactos, donde se requiere rentabilidad y eficiencia, el freno de tambor ofrece varias ventajas. Pesa menos y protege eficazmente contra la suciedad, el agua y el polvo gracias a su diseño compacto. Gracias al menor desgaste, permite intervalos de mantenimiento más largos, lo que no solo reduce los costes de explotación, sino que también minimiza los tiempos en el taller. A esto hay que añadir el hecho de que, gracias a su autorrefuerzo constructivo, el freno de tambor desarrolla una gran fuerza de frenado con una presión sobre el pedal relativamente baja.

Los frenos de tambor tienen una larga vida útil, pero también están sujetos a desgaste. Si el material de fricción se vuelve quebradizo o se afloja algún elemento individual, como los muelles de retorno o los mecanismos de ajuste, pueden producirse fallos de funcionamiento. Los pistones atascados, los tambores corroídos o las fugas de los cilindros de freno de las ruedas también son una clara señal de que ha llegado el momento de sustituirlos. Recomendamos cambiar los frenos de ambos lados del eje al mismo tiempo para garantizar un efecto de frenado uniforme.

Debe prestarse especial atención a los muelles, que son cruciales para el funcionamiento silencioso y sin vibraciones del sistema. La sustitución a tiempo garantiza que los muelles generen la tensión suficiente y, por tanto, que se mantenga de forma fiable el funcionamiento de todo el sistema de frenado.

De hecho, el primer automóvil estaba equipado ya con un freno de tambor. No fue hasta la década de 1970 que los frenos de disco empezaron a imponerse como estándar. Hoy, en la era de la electromovilidad, el freno de tambor celebra su regreso. No como una reliquia del pasado, sino como una solución optimizada para la movilidad del futuro.

Como todos los componentes relevantes para la seguridad, el freno de tambor de HELLA también está sujeto a las normas de calidad más estrictas. Todos los componentes deben someterse a pruebas exhaustivas antes de pasar a la producción en serie. Los revestimientos de zinc y las uniones adhesivas de toda la superficie protegen además los componentes contra la corrosión. La alta precisión de ajuste garantiza el rendimiento de frenado desde el primer momento. El objetivo: máxima seguridad, rendimiento constante y funcionamiento sin problemas a largo plazo en el uso diario del vehículo.

¿Qué es lo que resulta especialmente práctico?: HELLA ofrece juegos de zapatas de freno listos para montar con todos los accesorios para una sustitución completa en ambos lados del eje, incluidos los cilindros de freno de las ruedas. Esto ahorra tiempo a la hora de hacer el pedido y la instalación, reduce las fuentes de error y garantiza un procesamiento rápido y fiable.

Con más de 1000 artículos diferentes, HELLA ofrece una amplia y práctica gama de productos para frenos de tambor. Desde la facilidad de instalación hasta la calidad superior, pasando por la elección de los materiales y la resistencia a la corrosión, cada componente es el resultado de muchos años de desarrollo y de una estrecha colaboración con los talleres. Vuelve el freno de tambor, y es ahora mejor que nunca.