Desde la introducción de los sistemas "common rail" en los motores diésel, las bombas de combustible de alta presión se han convertido en una parte indispensable del sistema de preparación del combustible. Con la introducción de la inyección directa de gasolina, las bombas de alta presión también empezaron a utilizarse en los motores de gasolina.
El sistema de combustible de un motor de inyección directa de gasolina moderno consta de un circuito de baja presión y otro de alta presión. En el circuito de baja presión, el combustible es aspirado del depósito por una bomba de combustible eléctrica y enviado a la bomba de alta presión.
La presión del sistema en el circuito de baja presión es regulada por la unidad de control del motor según la demanda y puede ser de hasta 6,0 bar, dependiendo del sistema. En el circuito de alta presión, el combustible se bombea desde la bomba de alta presión, a través de los conductos de combustible de alta presión, hasta la tubería de distribución de combustible ("rail"), donde llega a los respectivos cilindros a través de los inyectores eléctricos de alta presión conectados. La presión del combustible en el circuito de alta presión es supervisada por la unidad de control del motor y regulada entre 50 y 350 bar según la configuración del correspondiente sistema.